jueves, 19 de abril de 2012

¿Cuánto mide Puerto Rico?


Usual es publicar mi blog domingo…estamos relax, vemos todo con calma, tranquilos. Pero… he quedado aterrada ante la proliferación reciente de afán de estrellato.  Enmudecí por un momento y luego me pregunté ¿cuánto mide Puerto Rico? La matemática no me dio.

No quiero llamarlo afán de protagonismo porque esto está trillao y nos hemos divertido con el tema bajo “lalistaquees.com” y otras mucho más geniales. Hoy, me refiero a Puerto Rico se reinventa…y no es la serie de El Nuevo Día – que de paso digo es maravillosa.

Hablo de la modalidad acojonante de venderse como lo que no son, de convencerse que son quienes su imaginación les dicta. Al momento de poner el tema de falta de salud mental, nosotros nos llevamos el premio.

Recuerdo un hombre muy rico en tiempo de mis abuelos que decia, “Con los capitales de Puerto Rico no se paga una buena cena”. Y de eso él sabía pues corrían los años 30 y vivía en el Pierre de NYC.

Aquí todos sabemos quien tiene chavos, quien los hace, quien se los roba y quien los hereda. Es más, sabemos quien se lleva la Loto, al menos su área geografica. Igual, a que escuela fuiste, quienes son tus vecinos. Si eres de izquierda o de derecha y no me refiero a la política. A la vez, sabemos quien tiene dinga y quien mandinga…. Donde está la abuela de cada uno, en esta isla no es un secreto.

Entonces me pregunto, ¿por qué insistimos en ser quienes no somos? ¿Por qué cambiamos nuestra procedencia? Porque nos matamos por ser importantes, por ser estrellas.

Esto resucita en mi memoria a una amiga – Dios tenga en gloria – quien siempre contaba había estudiado en Suiza. Yo no tenía porque cuestionarlo. Era hermosa, exquisita, fina. Años más tarde descubrimos todos que ni la leche de su café era Suiza…se había inventado, venía de barriada. Eso sí, siempre nos dejó saber no tenía familia, era sola. Todo una madeja de mentiras y ¿para qué? ¿Alternar en sociedad? ¿Ser retratada?

Hoy con la keratina nadie tiene pelo apretadito, como si importara. Lo que vale es ser auténticos, genuinos, buenas personas, elegantes y especialmente, decentes. Total, si al fin y a la postre Puerto Rico sigue midiendo 100 x 35 y todos sabemos quien es quien. Si te reinventas, házlo con valores, no con musarañas.

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