sábado, 30 de abril de 2011

Reflexiones reales. A la mañana siguiente.


Mucho se ha hecho y dicho sobre la vorágine que formamos algunos boricuas con la boda real – la de William y Kate o Guillermo y Catalina.

No es ridiculez, comemierdería, enajenación. Es entretenimiento, diversión pero de verdad, ¡de la mejor!

Tampoco es que hemos dejado de ser republicanos para convertirnos en monárquicos – ya que el gusto por toda esta “pomp and circumstance” no equivale a negar nuestra tradición democrática. Es solo un deseo de atestiguar “a thing of beauty”. And a thing of beauty it was!!!

¡Qué buena excusa fue para que se organizaran pajama parties la noche antes, desayunos reales y repasos post boda! Cualquier ocasión para pasarla bien. Esto si es una tradición real boricua.

A los que proclaman es una solemne tontería les doy un pequeño ejemplo. Mientras me preparaba para salir hacia el Desayuno Real de Veuve Clicquot en El Convento, daba una última mirada al muro de Facebook ya que desde tempranito muchos estábamos pompeados.

Encontraba un “posting” de mi amigo Jerome, quien al llegar de madrugada al LMM, encontraba su vuelo pospuesto pero imposibilitado a su vez de regresar a casa gracias a un tiroteo en la Baldorioty que a esa inmunda hora obligaba a cerrar tan transitada vía. Esto me hizo acelerar el paso para perderme en el “Mall” junto a billones de tele-espectadores a través del globo.

¿Cuántos disfrutamos de estar entre amigos, ver el esfuerzo y cariño de mesas bien montadas, bandejas brilladas compartiendo risas y comentarios? 

¿Quién no botó una lágrima al ver ese niño entrar al mismo templo donde despidió a su madre? Y ¿quién no perdió el hipo al ver el traje de Kate o suspiró cuando se besaron en el balcón – no una sino dos veces?

Disfrutamos aplaudiendo a una mujer que logró capturar su príncipe contra viento y marea al igual que muchas, siendo la única diferencia  que este se apellida Wales y no Rodríguez. 

Atestiguamos el compromiso de dos seres que hoy se adoran y oramos porque no pierdan el amor que se profesan, no falten a todo lo que se juraron e imploramos con la fuerza de multitudes “los astros se alinien para garantizarles una vida plena con la fortaleza de enfrentar momentos duros”.

También nos prendimos en candela con la presencia de Camilla y por supuesto, recriminamos a los Dioses la ausencia de Diana. Nuestro sentido fashionista se abrió con más fuerza que las compuertas de Carraízo despotricando sin piedad ante imágenes aberrantes, ejemplos de mal gusto.

Hoy, con los Wales-Middleton camino a su luna de miel, nos guardamos el recuerdo de un viernes de disfrute entre amigos, día en que la vida nos entretuvo con más fuerza y belleza que películas oscarizadas.

Ayer reforzamos “la vida real” es mucho mejor que “vivir de fantasías”. Solo tienes que agarrarla…es tuya si la quieres.

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