domingo, 7 de agosto de 2011

El mundo siempre será mundo.


A consecuencia de un comentario que via Facebook  hice a una amiga, que por cierto no le resultó gracioso ni acertado, cruelmente me comentó  - “No pienses todos los que te escriben en tu muro dicen la verdad o son tus amigos”. Uy, ¡fuerte! casi tanto como una bofetada. El asunto lamentablemente ha terminado con un distanciamiento, lo que me apena.

Los hechos me han obligado a reflexionar sobre las redes sociales, sus usos y desusos.

Creo firmemente en la libre expresión. Los que como yo gustan de hablar, escribir y compartir pensamientos, no existe mejor derecho que el de la libre expresión, amén de los que garantiza  la Declaración de Independencia – a la vida, libertad, y búsqueda de la felicidad.

Si el diario nos llena de estrés, malos ratos, y problemas, me parece fenomenal tengamos ahora un medio que nos permita expresarnos “libremente”, compartir, reanudar amistades y mejor aún, iniciar nuevas ampliando así nuestro círculo.

Es una libertad tan abarcadora que maravillosa y simultáneamente permite la discreción, intimidad, privacidad via Inbox y mensajes de grupo. Nunca ha existido nada mejor….

Habíamos perdido el uso de la expresión escrita por la verbal. Hasta nuestro vocabulario se achicaba….lo que pasa que como todo ¡depende el uso que le damos!

Opino, por si interesa, que “antes que hablar, filtra”, o “lo que no quieres que se sepa ni lo pienses” ha cobrado vigencia. ¿O no has dado via dedo un “hit, press, enter” resultando en  “senda metida de pata”? ¡Si no, pregunta por ahí!

Definitivamente permanece aquello que no le podemos caer bien a todo el mundo, o es que ¿todo el mundo te cae bien a ti?, o hablan mal de ti que es “please tell me something I don’t know”…

Lo que sucede en las redes sociales es que es más fácil enterarnos de todo, saber que pasa con amigos y no tan amigos, quien anda con quien y si te invitaron o te bolearon. Pero lo mejor, sigues tu mismo determinando si te importa, te es indiferente, guarda relevancia o vale la pena perder sueño.

Lo que no cambia es que al fin y a la postre sabemos quienes son nuestros amigos, quien nos quiere bien y nos llena de bendiciones. A la misma vez, siempre se colará un hijo de puta que te quiere clavar, hacer daño o dar al traste con tu reputación.

La ventaja de las redes sociales es que puedes siempre via dedo dar “hit, delete, enter” a los “so called friends”. Una pena hacerlo en nuestro corazón no resulta tan fácil.

Yo seguiré compartiendo mis pensamientos con el deseo de pasarla bien, alegrarnos la vida porque en esta etapa de sobra ya sabemos que el mundo seguirá siendo mundo, con redes o sin ellas.


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