domingo, 18 de septiembre de 2011

Cielos estrellado.





Ya empezaron a ponerle  turbo a las galas. Hora de comprar boletos, evaluar closet, y estrategias de citas en beauty. 

Las galas en Macondo son deporte nacional. Hay para toda las enfermedades, condiciones, caridades, locales, extranjeras, museos, fundaciones, en fin….
para todos los gustos y colores. 

Lo más divertido no es quienes están en el comité a cargo de espetar los boletos, sino quienes presiden las galas. Es la oportunidad idónea para brillar, darte a conocer. Si miramos con calma los archivos sociales veremos son muchas las estrellas fugaces. Glorias de momento sin poder de permanencia. 

¿Dónde están? ¿Que pasó con ellos? ¿A dónde fueron a parar? ¿Alguien los ha vuelto a ver? ¿Qué dice esto de nosotros como sociedad? Hum…food for thought. 

Sin embargo es maravilloso cuando vemos las mismas caras año tras año vendiendo boletos, trabajando con esmero para lograr obra, incluso reclutando una nueva generación. Mis respetos a ellos. Son hombres y mujeres que buscan ayudar, construir, y a pesar de los vaivenes económicos siguen en pie de lucha, comprometidos. Hay que aplaudirles por su tesón, comprarles boletos y en mi caso, acepto me hacen sentir enana de corazón. 

Yo doy un chin con el boleto, ellos horas. Se merecen las portadas, felicitaciones, el éxito. Son filántropos auténticos. 

Aquellos que inventan fundaciones, galas y causas brillarán por un momento, les harán fotos, y sentados en su poltrona respirarán triunfo fugaz para eventualmente, tomar su lugar en el olvido. 

A comprar boletos mientras admiramos a los que de corazón trabajan año tras año por su causa. Aquí todos sabemos quienes son…otra cosa los Alí Babá o filántropos de temporada.

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