domingo, 16 de enero de 2011

Amenazados. Una vez más.

De sobra conocemos el refrán “Si no tienes nada bueno que decir, no digas nada”.

Escuchaba unas historias de boca de amigas esta semana que me dejaban muda. No porque decían algo nuevo, sino por el entrelíneas.

Una me contaba sobre su ultimo romance. Chica profesional y guapísima, me encantaba llevaba un tiempito con noviete nuevo. Lo manejaba bien, con calma, paso a paso para no apresurarse.

Disfrutaba de una experiencia nueva pues el chico en cuestión era “un verdadero hombre de Dios – ministro de una iglesia evangélica. Ella, parisera hasta la médula, disfrutaba a plenitud de un nuevo “dating style”. Amén, no pun intended, de una experiencia que llamaremos “cugaresca” ya que el chico era más jóven.

Esta semana, ansiosa de los últimos “tidbits”, le pedí me pusiera al día. “Me he llevado una sorpresa. Le invité al almorzar ya que estaba por su vecindario”, contó. El chico llegó presuroso y luego de intercambiar saludos con el cariño habitual, balbuceó, “Me caso en mayo”. Así, sin preámbulos, ni advertencia previa para suavizar el golpe.

Resulta el “hombre de Dios”, igual que muchos, tenía novia de años que “había olvidado” mencionar. En fin, la cugar con su experiencia y calle, solo dijo, “Una pena no me preguntaste en un principio si me molestaba compartirte”.

En fin, que parece que ni en los “hombres de Dios” se puede confiar en estos tiempos. Next!

Mientras, recibía una llamada al amanecer, el mejor momento para hablar sin interrupciones, para comentar sobre una entrevista en un diario. Mi amiga estaba impactada como lograban escribir, a página completa, un perfil de alguien que no hace nada con su vida.

Es cierto, la persona se dedica a nada. Definamos “nada”. 

En otras palabras carece de oficio conocido, la aportación a la sociedad es nula, su IQ son dos letras del alfabeto, y canjeó su corazón por un Cartier y cartera Louis Vuitton.

Le expliqué la tonta en cuestión no es tan tonta. Es muy mona, se viste gracioso, siempre saluda cariñosa, habla lo mínimo por ende, no son muchas las oportunidades para ofender, y a su marido lo hace brillar más que una galaxia. Perfecta para el mundo que vivimos. ¡Se merece la página completa!

¿Qué dicen estas historias sobre nuestra sociedad? El entrelíneas es que los valores que atesoramos se encuentran amenezados por otros, aquellos que diametralmente opuestos están redefiniendo nuestro mundo.

La pregunta es ¿cambiamos o nos atrincheramos? ¿es evolución o regresión? ¿podemos armonizarlos o  confrontarlos? 


¿Quién decide los valores a seguir? Cada uno de nosotros.

Ahora mismo, para no darnos indigestión, recordemos que lo importante no es llegar, es mantenerse. Recuerda la estrella fugaz…mucho brillo…poco tiempo.

Los verdaderos valores no cambian. Quedan. Mira al cielo. La Osa Mayor, la Menor y la Estrella del Norte - en el mismo sitio…y fulgurantes. 

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