sábado, 25 de diciembre de 2010

El mejor regalo de Navidad. ¡Nochebuena!

Luego que la tierra nos sorprendiera con una sacudida histórica, dejándonos a todos con los nervios cual flecos de toalla, de una forma u otra pude conciliar el sueño.

La levantada cautelosa, acompañada del friíto navideño, resultó idónea para reflexionar.

Hace una semana volvíamos a polarizarnos ante las continuas luchas en Río Piedras. Las páginas de Facebook regresaban con mensajes del corazón teñidos del color político preferido.

Pero si algo hemos aprendido a través de la muchas ocasiones en que hemos diferido entre amigos los pasados dos años, es a expresarnos libremente respetando el sentir de los demás.

Si es cierto nos apasionamos y volcamos con furia taína nuestras opiniones en la barra del “status”, al recibir una respuesta disidente la aceptamos con cordura y en ocasiones, con un gran sentido del humor.

Anoche nos sorprendió un terremoto, no un temblor. 


Nos sacudió a todos por igual sin preocuparse del color que tiñe nuestro sentir político. Anoche, los verdes, rojos, y azules nos pintamos de puertorriqueños para preocuparnos los unos de los otros.

De inmediato y sin pensarlo, abrimos mucho más que las puertas para asegurarnos familiares y amigos, conocidos y desconocidos, estuvieran sanos y salvos.

No solamente descubrí que soy soberanamente cobarde al mecerme dentro de mi casa como si fuera un columpio, sino que simultáneamente, todos hicimos uso de las redes sociales y teléfonos inteligentes para darnos apoyo, consuelo, tranquilidad.

Lo más importante fue ocuparnos estuviéramos seguros y bien informados. Atrás quedaron las opiniones disidentes sobre la fuerza de choque, los estudiantes, Chiqui Star, y todo el liderazgo político. 


Solo nos interesaba el bienestar y la seguridad de todo el pueblo. Imperó el amor que nos tenemos como hermanos, sin importarnos el color de la fila donde militamos. 


Me sentí arropada por una frisita llena de cariño incondicional. Es más, el terremoto de Nochebuena fue el mejor de los asaltos navideños.

Hoy, y muy especialmente cuando nos tiente la disidencia irracional, recordemos que como pueblo es JUNTOS cuando podemos contra todo.

¡Feliz Navidad!


No hay comentarios:

Publicar un comentario