jueves, 25 de noviembre de 2010

La encontré. Como siempre, donde menos lo esperaba.

Tomando unas Viuditas entre amigos, fui testigo del encuentro de un grupete de estudiantes universitarios. Con la llegada de Thanksgiving, regresaban a casa para  reencontrarse con los panas por primera vez. Convergían en fuertes abrazos sin importarles mostrar alegría a borbotones.

Al mirarles intentaba recuperar vivencias de un montón de tiempo atrás. Nuestros abrazos, ¿eran iguales? La alegría, ¿similar? ¿Vivíamos con la misma intensidad?

Nuestro mundo y el de ellos no es igual, es bien diferente. Sus experiencias son mucho más reales, más ásperas que las nuestras. Les ha tocado vivir un mundo convulso en muchos renglones – sociales, económicos, familiares. Curiosamente, sus caras y acciones no lo reflejan.

Dando rewind a mi memoria, descubrí que a esa edad entre ellos y yo no existe  diferencia alguna. De momento, el tiempo se detuvo. La familia no se había desintegrado. Los valores, la misma escala. Los sueños clonados a perfección El futuro igual de brillante.

¿Cómo es posible?, me pregunté, ¿si el mundo anda patas arriba? Todo está al revés. Lo que nos espera, Dios mío, ni Walter Mercado lo quiere predecir.

De pronto realicé “el mundo siempre será mundo” es verdad. La inocencia es precisamente lo que empodera a enfrentarse sin miedo al porvenir. Los golpes los soportarán gracias a un entusiasmo desmedido que llevan por dentro. Carecen del cinismo, negatividad, morosidad que permea en nosotros.

¡Las sorpresas que nos da la vida! La tradición y nuestra arrogancia dicta los mayores somos los maestros. Estamos aquí para enseñar, para dar ejemplo. Para mi sorpresa, anoche a mi me dieron un “master class”.

Voy a copiarme de nuestra juventud.  Me he prometido emular el cariño de sus saludos, la fuerza de sus abrazos, la auténtica alegría por el éxito del amigo, el apoyo de grupo.

Recuperar la juventud, dar vuelta atrás al calendario, no es con el ansiado bisturí. Anoche la encontré donde menos la imaginaba – ¡en el ejemplo de los hijos de mis amigos!  

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