jueves, 14 de octubre de 2010

Los cuernos. Nuestra fascinación con ellos.



De cada uno de sus viajes mi hermano siempre me trae colgalejos interesantes – cruces, medallones, pedruscos, colmillos y cuernos. Me encantan y en ocasiones, de una misma cadena cuelgo varios.

El otro día tenía puesto una combinación que picó la curiosidad de un cliente. A su pregunta de donde había sacado semejantes cuernos sin pensarlo contesté – “Este cortesía del primer marido, y el otro, del segundo”.*

Si mi respuesta fue natural, su risa incontrolable también. Lo que me trae a pensar por qué nos fascina el tema de los cuernos.

Quiero pensar que es porque se trata de una historia de interés humano como diría la prensa y no porque nos alegramos cuando alguien fracasa.

¿Qué son en realidad un buen par de cuernos? Una traición, falta al compromiso cometido, abuso a la confianza, pero especialmente un acto de egoísmo a la enésima potencia.

Analizemos con calma, sin aflorar pasiones. Cada vez que alguien pone cuernos se desata una cadena de incidentes que no dejan indiferente a nadie. Conocidos y desconocidos dan rienda suelta a la lengua sin pensar a quien hieren o a quien ofenden.

La diferencia de opiniones divide más que la política. Unos defienden al que los pone, otros al que los recibe…..curioso…..ambos siempre son víctimas. Resulta imposible determinar causa porque siempre hay una explicación, que más o menos y depediendo quien la ofrece, es “totalmente” válida.

¡Mentira! Los cuernos no son como los dientes que solo duelen al salir, como decía mi padre (típico macho latino de mediados del siglo XX). Los cuernos duelen siempre - al momento de la sospecha, en crescendo cuando lo confirmas y te matan cuando sumas todas sus consecuencias.

Lo malo o lo bueno es que no hay excepciones. “Is there comfort in numbers?” Bueno… tal vez piensas que si las hay pero ¿pones tu cabeza en el picador?

Yo no los aplaudo y trato de no juzgar aunque me es bien pero que bien difícil morderme  la lengua. Mi dosis de cuernos, en retrospectiva, me han impulsado a cosas mejores. Es verdad que para recoger los daños colaterales y del primer impacto tuve que hacer uso de un vacuum cleaner industrial, pero aquí estamos.  La última vez que miré no se me había caído ningún pedazo.

Si, hay unos que se recuperan rapidito.com…otros que lloran por el resto de sus días…y algunos, piensan son la excepción a la regla. Cada cual los maneja como a su entender es mejor…y respetarlos tenemos.

El mundo es mundo y no lo vamos a cambiar. Los cuernos están aquí para quedarse. Tal vez cuando veamos los programas que se avecinan con la intervención del minero chileno de las dos mujeres….aprendamos algo nuevo. Lo dudo.

* Aclaro…solo he tenido un marido oficial…lo otro, una convivencia extensa.





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