sábado, 9 de octubre de 2010

No me invitaron - el dilema del rechazo

Recibía un mensaje de texto avisando nuestro grupo de amigos no había sido invitado a un "afterparty". "Wow, ok, no podemos gustarle a todo el mundo", pensé. "Que ratón", añadí a mi pensamiento refiriéndome a quien lo organizaba.

Pasé un buen rato entretenida en otras cosas y de pronto paré y me pregunté - "Pero de verdad me molestó nos dieran bola negra?". Definitivamente no era para tanto.

Este sentimiento de rechazo tan ridículo, de verme "out" en lugar de "in" me ha hecho tomar nota de a cuantos sitios, fiestas, celebraciones y "eventos codiciados" no me han invitado. Bueno...honestamente a bastantes!

De verdad es importante que nos inviten a todo? Nos hace más simpáticos o más deseados o nos pone de moda? Cuando la pregunta en realidad debe ser "y por qué quiero que me inviten?' o "de verdad yo quiero estar ahí?" o "que pinto yo en ese sitio?".

Comprendí que con quien quiero estar es con los que quiero y me quieren. El mejor "afterparty" del mundo es aquel donde disfrutamos de la compañía de los que nos hacen reír tanto que lloramos, que solo de mirarnos nos sentimos arropados y muy a gusto, y el que incluye ese núcleo que tiene la capacidad de aceptarnos como somos, enchismarnos o pelearnos por un rato...pero nunca, nunca dándoles un "delete" permanente de nuestras vidas. Todos los demás "afterpartys", "by invitation only" o "secret society" es para que inviten a otros, porque yo definitivamente se en que lista quiero estar y a cual quiero ir.

Si al final y a la postre el único que es omnipresente es Dios... y tu y yo de Dios tenemos algo, pero no todo.

1 comentario: